NIÑOS DE SIRIA, UNA INFANCIA ENTRE BALAS.
¡Buenos días a todos! En la entrada libre de esta semana quiero hablar sobre un conflicto bélico, social, político y económico entre diferentes países que está causando la muerte de millones de personas, y no me refiero solamente a todas aquellas personas que literalmente quedan sin vida,sino también a todas aquellas que la guerra se la destruye.
Voy a hablar sobre la Guerra de Siria, esa guerra que está teniendo lugar en nuestra actualidad, que está destruyendo a un país entero y que nadie, casi nadie tiene ni idea de la mitad de lo que está ocurriendo allí, porque los intereses políticos son más fuertes que la humanidad y no permiten que nos muestren lo que realmente está ocurriendo.
La Guerra de Siria está destruyendo todo lo que encuentra por su paso, pero realmente, de todos los civiles, hay unos que son los que menos culpa tienen, los más inocentes en esta historia, pero sin embargo, ellos son los más afectados. Hablo de los niños, esos que apenas comienzan a vivir y ya se han tenido que enfrentar a la destrucción de sus hogares, de sus familias, de sus vidas. Aquellos a los que se les ha arrancado toda posibilidad de ser felices, de llevar una vida digna, de ser niños.
Niños que sin darse cuenta han crecido y se ven obligados a llevar la vida de un autentico adulto para poder mantenerse así mismos y a la poca familia que en algunos casos les quedan.
Los niños, esa parte de la población que no solo le ven todos los días la cara a la muerte, que conviven con ella, sino que también lo han normalizado y creen que una guerra es la vida normal de cualquier persona, pues ya no recuerdan como eran sus vidas antes de todo ese infierno.
En Siria hay 8,4 millones de niños víctimas de la guerra, 15.000 niños muertos desde 2011, unos 500.000 han quedado huérfanos, 86.000 niños no tienen suficiente comida y el 52% no asisten a la escuela, una realidad en la que 8 de cada 10 niños necesitan ayuda. Hay 2 millones de niños refugiados y unos 4 millones desplazados dentro de Siria, cerca de 3 millones de niños están sin escolarizar, los principales riesgos a los que se enfrentan es a la malnutrición, enfermedades y abusos.
Esta es la realidad de una guerra que lleva 7 años en curso, que no discrimina y que por el contrario, se lleva todo lo que encuentra por su paso, siendo las escuelas y centros sanitarios sus principales objetivos para destruir.
Niños que salen a jugar entre balas, que cada día el camino hacia el colegio se convierte en un camino lleno de obstáculos y conseguir llegar sano y salvo supone un auténtico reto.
Y es que no importa hacia donde mires, pues probablemente encuentres a un francotirador apuntando a tú ventana, no importa si pasas por una calle de casualidad, porque el objetivo eres tú.
Esta es la triste realidad a la que se enfrentan los más pequeños día tras día durante los últimos 7 años, el no saber en que momento van a morir.
Todas estas vivencias suponen un gran trastorno en la vida de las personas, pero especialmente en los más pequeños, y lo peor es que tienen tan arraigada, tan interiorizada y asumida la realidad en la que viven, que no se saben en que momento comenzaran a salir a flote todas las consecuencias de la vida que les está tocando vivir.
Es por esto que pido que todas aquellas personas que se encuentran en contra de acoger a los refugiados reflexionen sobre la realidad que estas personas viven, sobre la vida que otros le han obligado a vivir, sobre que ellos simplemente quieren vivir, quieren dejar atrás la muerte y llegar a un sitio donde se sientan seguros y acogidos.
Un sitio donde la comida esté asegurada, donde la sanidad y la educación sean una fuente segura, donde los niños puedan ser simplemente eso, niños.
Es por esto que no llamo a la reflexión mirando desde el punto de vista de "¿Y si esto que está ocurriendo nos sucediera a nosotros? ¿Cómo deberíamos actuar? ¿Cómo nos gustaría que actuasen los demás?", si no pensando siempre en que somos personas, somos humanos, tenemos derechos, merecemos vivir y no me refiero a vivir de cualquier forma, si no a tener una vida digna, y si alguien no es capaz de ver esto, realmente no creo que tenga muchos sentimientos ni empatia.
A continuación os dejo un vídeo que realmente muestra la realidad de estas personas, creerme que realmente merece la pena pararse y dedicar unos minutos de nuestro tiempo a conocer la realidad que nadie nos muestra.
Voy a hablar sobre la Guerra de Siria, esa guerra que está teniendo lugar en nuestra actualidad, que está destruyendo a un país entero y que nadie, casi nadie tiene ni idea de la mitad de lo que está ocurriendo allí, porque los intereses políticos son más fuertes que la humanidad y no permiten que nos muestren lo que realmente está ocurriendo.
La Guerra de Siria está destruyendo todo lo que encuentra por su paso, pero realmente, de todos los civiles, hay unos que son los que menos culpa tienen, los más inocentes en esta historia, pero sin embargo, ellos son los más afectados. Hablo de los niños, esos que apenas comienzan a vivir y ya se han tenido que enfrentar a la destrucción de sus hogares, de sus familias, de sus vidas. Aquellos a los que se les ha arrancado toda posibilidad de ser felices, de llevar una vida digna, de ser niños.
Niños que sin darse cuenta han crecido y se ven obligados a llevar la vida de un autentico adulto para poder mantenerse así mismos y a la poca familia que en algunos casos les quedan.
Los niños, esa parte de la población que no solo le ven todos los días la cara a la muerte, que conviven con ella, sino que también lo han normalizado y creen que una guerra es la vida normal de cualquier persona, pues ya no recuerdan como eran sus vidas antes de todo ese infierno.
En Siria hay 8,4 millones de niños víctimas de la guerra, 15.000 niños muertos desde 2011, unos 500.000 han quedado huérfanos, 86.000 niños no tienen suficiente comida y el 52% no asisten a la escuela, una realidad en la que 8 de cada 10 niños necesitan ayuda. Hay 2 millones de niños refugiados y unos 4 millones desplazados dentro de Siria, cerca de 3 millones de niños están sin escolarizar, los principales riesgos a los que se enfrentan es a la malnutrición, enfermedades y abusos.
Esta es la realidad de una guerra que lleva 7 años en curso, que no discrimina y que por el contrario, se lleva todo lo que encuentra por su paso, siendo las escuelas y centros sanitarios sus principales objetivos para destruir.
Niños que salen a jugar entre balas, que cada día el camino hacia el colegio se convierte en un camino lleno de obstáculos y conseguir llegar sano y salvo supone un auténtico reto.
Y es que no importa hacia donde mires, pues probablemente encuentres a un francotirador apuntando a tú ventana, no importa si pasas por una calle de casualidad, porque el objetivo eres tú.
Esta es la triste realidad a la que se enfrentan los más pequeños día tras día durante los últimos 7 años, el no saber en que momento van a morir.
Todas estas vivencias suponen un gran trastorno en la vida de las personas, pero especialmente en los más pequeños, y lo peor es que tienen tan arraigada, tan interiorizada y asumida la realidad en la que viven, que no se saben en que momento comenzaran a salir a flote todas las consecuencias de la vida que les está tocando vivir.
Es por esto que pido que todas aquellas personas que se encuentran en contra de acoger a los refugiados reflexionen sobre la realidad que estas personas viven, sobre la vida que otros le han obligado a vivir, sobre que ellos simplemente quieren vivir, quieren dejar atrás la muerte y llegar a un sitio donde se sientan seguros y acogidos.
Un sitio donde la comida esté asegurada, donde la sanidad y la educación sean una fuente segura, donde los niños puedan ser simplemente eso, niños.
Es por esto que no llamo a la reflexión mirando desde el punto de vista de "¿Y si esto que está ocurriendo nos sucediera a nosotros? ¿Cómo deberíamos actuar? ¿Cómo nos gustaría que actuasen los demás?", si no pensando siempre en que somos personas, somos humanos, tenemos derechos, merecemos vivir y no me refiero a vivir de cualquier forma, si no a tener una vida digna, y si alguien no es capaz de ver esto, realmente no creo que tenga muchos sentimientos ni empatia.
A continuación os dejo un vídeo que realmente muestra la realidad de estas personas, creerme que realmente merece la pena pararse y dedicar unos minutos de nuestro tiempo a conocer la realidad que nadie nos muestra.
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